Austrocedrus Arte Contemporáneo a Cielo Abierto
Un ciclo de intervenciones urbanas en el corazón de Bariloche
La iniciativa Austrocedrus, impulsada por las artistas locales Lorraine Green, Mercedes Schamber y Ruth Viegener y con la participación de Lucrecia Urbano (Cordoba-Buenos Aires) está llegando a su fin. En 2009 y para esta misma época del año, estabamos lanzabdo la convocatoria que durante el año del Bicentenario se fue desarrollado. Fueron cinco intervenciones en el Paseo de las Colectividades de Bariloche, cuatro por concurso y una por invitación.
El proyecto fue gestado a partir de la idea de recuperar y a la vez crear un lugar de encuentro a través del arte contemporáneo: “a falta de un techo para el arte contemporáneo que el cielo nos guarde”. El disparador inicial fue
A esto le sumamos que el lugar elegido es un sitio histórico, en el que se encontraba un enorme ciprés (Austrocedrus chilensis, su nombre científico) que funcionaba como un lugar de encuentro, primero de los pueblos originarios y luego de los colonos. Allí se realizaban los actos escolares, y las reuniones del pueblo. Allí se fundó la primera escuela. En los años ’50, el árbol se derribó y el lugar quedó deshabitado y lleno de malezas. Con los años el sitio se parquizó y se rediseñó para convertirse en lo que es hoy, el Paseo de las Colectividades: un paseo sumamente empinado atravesado por escalinatas construidas con piedras de la zona, y senderos por los cuales circulan los transeúntes, pero especialmente chicos y adolescentes que salen de las escuelas.
Los artistas
Mónica Girón (Bariloche-Buenos Aires) fue nuestra invitada especial. Ella instaló una pieza llamada “KOL (Homo sapiens)” que se constituye en tres cubos realizados en granito gris mara que tienen inscriptas las palabras Alma, Espíritu y Homo Sapiens, y 2 semiesferas con ojos, simulando cabezas. “La denominación Homo Sapiens reúne a todas las colectividades que a lo largo del tiempo han constituido a San Carlos de Bariloche. Estos grupos son muchos, van desde los manzaneros, mapuches o tehuelches, a distintas nacionalidades europeas así como chilenos, sirio libaneses y por supuesto argentinos o criollos.” La pieza continúa en el Paseo, observando y observando, como un vigía silencioso y protector.
Rodrigo Cañás (Tucumán) fue el segundo con “Una Furia”. Su intervención era totalmente opuesta a la anterior, ya que venía a trabajar a partir de lo que le sugeriría el espacio. Sólo contaba con la premisa del título y trabajar con residuos recolectados en la vía pública basándose en las flores nativas. Resultó que la vía pública en la zona mas turística de la ciudad era demasiado limpia y no encontraba material suficiente, por lo cual, acompañados de Pablo de Brito, el Subsecretario de Medio Ambiente, visitaron el basural, donde había materiales de sobra. Rodrigo le compró a las recicladoras de
Javier Barrio (Buenos Aires) instaló temporariamente un Parque Paleontológico en donde todavía pueden encontrarse piezas fósiles de Glyptodon clavipes. Su “Hallazgo de un Glyptodonte clavipes en el Paseo de las Colectividades”, debe haber confundido a más de uno, del mismo modo que Richard Owen (Inglaterra) hace mas de 160 años, confundiría al mundo con su inusual hallazgo de la nueva especie Glyptodon clavipes, que luego resultaría ser la combinación de dos especies totalmente diferentes. Barrio se basa en los equívocos de la historia para dar cuenta de cierta fragilidad de las ciencias y de la flexibilidad del arte contemporáneo y crear las condiciones para que estos equívocos se reproduzcan en el espacio público, dejando en evidencia la autoridad científica, como una construcción histórica, e invitando a la sorpresa y la imaginación que puede desatar la noción de hallazgo. En una ciudad en donde la proporción de científicos por habitante es la más alta del país, esta intervención parecía más que indicada. Luego de la inesperada reacción a la obra de Cañás, esperábamos que alguien viniera a reclamar por la instalación de este particular Parque Paleontológico, pero no se escuchó nada…
Nadia Guthmann (Bariloche) fue la artista local del ciclo, e instaló la escultura “Crecimiento”. Ella reflexionó sobre el árbol en si mismo y diagramó una pieza que estaba constituida por aros de hierro amarillo ordenados como los aros de crecimiento de un árbol, (según los cuales también se puede saber cómo era el clima en el pasado). Ella reflexiona acerca de cómo bajo la sombra del ciprés gigante se nucleaba el crecimiento de las poblaciones amparando el desarrollo armónico de las relaciones comunitarias y con pueblos vecinos. Los anillos de crecimiento iban reflejando años secos, años lluviosos, años fríos, años benévolos… mientras la sociedad de Bariloche evolucionaba también adaptándose a los vaivenes del tiempo. El apeo del ciprés en 1958 marcó un quiebre, al que Nadia Guthmann se refiere como a un quiebre en el orden orgánico del crecimiento de Bariloche.
Melina Berkenwald (Buenos Aires) fue la última artista y también la más silenciosa: daba lugar a la reflexión. Su “Lugar de mirada : Ciprés” es una obra que no sólo obliga a mirar desde otro punto de vista, sino que invita a la aparente inocua acción de observar. A partir de la instalación de unos miradores realizados en madera de ciprés, la artista invita a mirar lo que ya sabemos que está, pero al estar señalando un lugar preciso, el inmenso paisaje se reduce a un solo elemento: la montaña, el ícono de nuestra ciudad; o la catedral, el ícono de la arquitectura de Bustillo y de una época dorada; la parada de colectivos, nuestro presente; o simplemente el verde follaje de uno de los árboles plantados en el paseo. La delicada poesía de la obra de Melina Berkenwald, constituye la poderosa herramienta de volver a mirar todo con otros ojos, correrse del lugar de la comodidad y mirar en puntas de pie, forzando los músculos a quedarse quietos, a veces también duele; obliga a mirar lo que para uno es tan conocido que ya no lo ve, ni siquiera lo registra. Hace que uno pueda volver a sorprenderse y pueda resolver el mismo problema de otro modo. Quizás esta obra es la que hace que uno pueda ver también el arte con otros ojos, del mismo modo que las intervenciones Austrocedrus han puesto el ojo en lo que ya sabemos que está, pero que nadie se anima a volver a mirar.
Resonancias/Consecuencias
La semana pasada tuvimos dos gratas noticias: Mónica Giron dona KOL (Homo Sapiens) al pueblo de Bariloche y Melina Berkenwald hace lo mismo con Lugar de Mirada: Ciprés. Si le sumamos a esto la obra de Javier Barrio que sigue despertando sorpresas de hallazgos nos damos cuenta que Bariloche se vió favorecida y enriquecida con la gestión de Austrocedrus.
Queremos agradecer a todos los que se han involucrado de un modo u otro en este proyecto: